Nacido el 21 de marzo de 1991 en Mâcon (Francia), Antoine Griezmann es uno de los mejores jugadores del mundo. El francés llegó al Barça en verano de 2019, después de una sólida carrera en la Liga española gracias a su paso por la Real Sociedad y el Atlético de Madrid.

Descubierto muy joven por los ojeadores de la Real Sociedad en Francia, el equipo blanquiazul lo incorporó a sus categorías inferiores en 2005 con sólo 14 años. En San Sebastián creció a pasos agigantados hasta llegar a debutar con el primer equipo en 2009, en Segunda División, a la edad de 18 años. Con el conjunto vasco disputó 202 partidos y anotó 52 goles actuando de extremo izquierdo, un hecho que le abrió las puertas del Atlético el verano de 2014.

En el conjunto colchonero, Griezmann elevó su juego hasta situarse entre los mejores del planeta. Subcampeón de la Liga de Campeones el año 2016, el jugador francés también terminó en el podio del Balón de Oro. En el Atlético, El Principito alcanzó el nivel de estrella, y se convirtió también uno de los principales líderes de la selección francesa.De hecho, fue la estrella del seleccionado bleu que llegó a la final de la Eurocopa 2016 disputada en tierras francesas, en la que ganó la Bota de Oro como máximo goleador (seis goles). Y también fue la pieza destacada de la Francia campeona del Mundo en Rusia 2018, donde fue el MVP de la final ante Croacia. Sin duda, la piedra angular del proyecto de Didier Deschamps. Ese mismo año ganó la Europa League con el Atlético de Madrid.

El delantero francés puede actuar en todas las posiciones del ataque, aunque su tendencia es jugar en la banda izquierda. Griezmann es un jugador móvil, con capacidad de combinar o definir de manera individual y acostumbrado también a trabajar en tareas defensivas ejerciendo la presión. Muy peligroso en la transición, también domina el juego de posición y tiene un gran disparo de larga distancia, un hecho que lo convierte en un futbolista muy peligroso en las inmediaciones del área.