En Stamford Bridge se respira fútbol. En sus pasillos interiores se puede contemplar buena parte de su historia. Cuadros de John Terry, Didier Drogba, Gianfranco Zola, José Mourinho o la recientemente conquistada Copa Mundial de Clubes de la FIFA invaden todos los rincones del estadio, que en su exterior luce también la estatua de Peter Osgood, uno de sus iconos de los años 60.

120 años de historia acompañan a un Chelsea que se ha hecho especialmente grande -a nivel continental- en las tres últimas décadas, durante las cuales ha nacido una rivalidad europea que ahora ya es todo un Clásico europeo: el Chelsea-Barça.

Iniesta, en Stamford Bridge el año 2009.
Iniesta, en Stamford Bridge el año 2009.

Durante los últimos años -ahora hacía siete que no se veían las caras- ambos equipos han librado grandes batallas en la máxima competición continental. ¿Quién no recuerda la remontada del 2000 en la que el Barça levantó un 3-1 adverso para acabar ganando por 5-1 en la prórroga? ¿O la magia de Ronaldinho y Messi en Stamford Bridge, contra ese Chelsea incómodo de Mourinho? ¿O el gol de Iniesta, seguramente uno de los momentos más celebrados de la historia del Barça? Desgraciadamente, también alguna noche triste para los culers, como la de la semifinal de Champions del 2012.

Dos caras nuevas

Ahora, todos estos recuerdos vienen a la mente antes de una nueva entrega de este Clásico. Tendrá lugar de nuevo en Stamford Bridge, ubicado en el barrio de Fulham, un escenario que nunca ha sido fácil para el Barça. Una única victoria en ocho visitas puede servir como gran motivación para el Barça de Hansi Flick, que se presenta en Londres con las novedades de Marcus Rashford (ya recuperado de su proceso gripal) y Frenkie de Jong (sancionado en el último partido de Liga). Solo Ter Stegen, Gavi y Pedri se lo perderán por lesión.

Máxima igualdad en la tabla

La progresiva recuperación de jugadores ha venido acompañada también por una mejora en los resultados. No hay que esconder que el Barça se encuentra seguramente en su mejor momento del curso, tras encadenar una sensacional victoria en Vigo y otra goleada ante el Athletic Club el día del regreso al Spotify Camp Nou.

¿Pero como de bien llega el Barça en realidad? Nada mejor que la cita de Stamford Bridge para ejercer de termómetro de un equipo que hace unos meses se quedó a las puertas de la final de Champions y que este año necesita puntos si quiere volver a intentarlo por la vía rápida. Si el Barça gana en Stamford Bridge, el mensaje a Europa estará lanzado. Y sólo quedarán por delante los enfrentamientos contra el Eintracht, el Slavia de Praga y el Copenhague.

La cita, en este sentido, suma el aliciente de una máxima igualdad en la tabla clasificatoria. Chelsea y Barça están empatados a 7 puntos y cuando acabe el partido sólo quedarán 9 puntos más en juego antes de terminar la Fase Liga. Si quieren acabar dentro del Top-8, los tres puntos de este martes en Londres tienen mucho valor.

El Chelsea, sin Cole Palmer

Si decíamos que el Barça llega en un buen momento, una situación similar vive el Chelsea. Los londinenses han encadenado tres triunfos seguidos en la Premier y también -como el Barça en Brujas- pincharon en su último desplazamiento europeo en el campo del Qarabag (2-2). Sin su gran referente, el lesionado Cole Palmer, el conjunto dirigido por Enzo Maresca también necesita la victoria antes de enfrentarse al Atalanta, Pafos y Nápoles en el tramo final de la primera fase de Champions. Que empiece ya Clásico europeo.

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