Semejanzas y diferencias del primer y último partido en el Spotify Camp Nou
Siempre se dice que las primeras veces son especiales y no se olvidan jamás, y posiblemente sea cierto, pero también lo son y mucho las últimas, y en la memoria más reciente de todos los barcelonistas todavía está la última vez que el FC Barcelona habrá jugado un partido en el Spotify Camp Nou tal y como todos lo concebimos ahora mismo.
Este pasado domingo, la goleada por 3-0 ante el Mallorca sirvió para decirle hasta pronto a nuestra casa antes del traslado provisional a Montjuïc, casi 66 años después de un Barça contra una selección de Varsovia del 24 de septiembre de 1957, el primer partido que los azulgrana jugaron.
Como nos gustan tanto las primeras como las últimas veces, haremos una comparación de lo que ocurrió ese día, y de lo que sucedió ayer mismo.
Un Estadio sin terminar y uno que se empezó a desmontar
Antes del comienzo del partido ya tenemos detalles a recordar, como que las primeras medidas del césped eran de 107x72 mientras que actualmente miden 105 metros de largo y 68 de ancho. Y si bien ese primer partido se jugó aún con el Estadio sin acabar al 100%, aunque faltaba poco, al último Spotify Camp Nou de esta temporada ya le faltaba, por ejemplo, una parte de la tercera gradería del Gol Sur. Detalles que unen un campo en el que empezó a rodar el balón sobre las 16.30 horas de la tarde de ese 24/09/1957 y que escuchó el pitido final definitivo a las 20.52 horas de este reciente 28 de mayo.
De Balmanya a Xavi y de Eulogio a Gavi
Ya hablando puramente de fútbol, el primer partido de la historia del Camp Nou, los azulgrana, con Domènec Balmanya como entrenador jugaron de inicio con un once formado por Ramallets, Olivella, Brugué, Segarra, Vergés, Gensana, Basora, Villaverde, Martínez, Kubala y Tejada. 23.987 días después, y con Xavi Hernández dirigiendo las operaciones desde la banda, los elegidos fueron Ter Stegen, Balde, Christensen, Kounde, Jordi Alba, Sergio Busquets, Gavi, De Jong, Dembélé, Lewandowski y Ansu Fati. Una figura muy especial siempre es la del capitán, y si Joan Segarra fue el primero, el último fue Sergio Busquets, aunque en los últimos minutos, tras ser cambiado, el brazalete acabó en el brazo de Sergi Roberto.
Por suerte para los intereses culés, ambos partidos salieron bien y si en el primero se ganó por 4-2, en el último fue con un 3-0. Muchos goles a favor, pero siempre quedará en la historia del Estadio que el primero fue del paraguayo Eulogio Martínez, culminando desde dentro del área una jugada por banda izquierda. El último, el tercero de la victoria contra los baleares, fue obra de Gavi, con un latigazo directo a la escuadra, y le quitó ese honor a su amigo Ansu Fati, autor de un doblete en la primera mitad.
El primer y el último palo, con acento polaco
Dentro de un partido de fútbol hay muchas cosas más, como por ejemplo, remates que no terminan en gol por muy poco, porque lo impide la madera. El primer disparo al palo de la historia del Camp Nou no fue culé, ya que corrió a cargo del polaco Edward Jankowski, delantero del Gornik Zabrze y de aquel combinado que inauguró el feudo azulgrana. Un hecho curioso es que tanto el primer como último palo fueron polacos, pero en el último duelo jugado en el Spotify Camp Nou, Robert Lewandowski envió una falta al larguero en el minuto 67.
Las ovaciones, para las leyendas
Y lo que no puede faltar en dos jornadas tan especiales son las ovaciones. Tal y como recoge la Revista Barça de la época, la primera fue para un mito como Kubala, en el momento de ser sustituido y dejar su puesto a Evaristo, mientras que los últimos jugadores en salir ovacionados fueron Sergio Busquets y Jordi Alba, que después del encuentro dedicaron unas palabras a la que siempre será su afición.
Afición y tradición
Una afición que llenó las gradas con 88.775 almas para despedir a un estadio que congregó hasta 93.503 para darle la bienvenida. Todos ellos, tanto los primeros como los últimos, fueron testigos de un mismo acto lleno de tradición y catalanismo como fue el baile de la sardana.
El primer día, durante el descanso, hasta 1.500 personas, bajo la dirección de la Agrupació Cultural Folclórica de Barcelona bailaron una inmensa sardana y se volaron hasta 10.000 palomas blancas. El último día, el Club no quiso olvidarse de ello, y, a cargo de miembros de diferentes grupos, así como socios y socias sardanistas, danzaron una versión del Cant del Barça que ofreció la Cobla Principal de Terrassa, en uno de los últimos actos que se realizaron para decir #FinsAviatSCN.
