Habla con ilusión juvenil y, a la vez, con la experiencia que le dan casi seis años en el primer equipo. Su voz es ya la de un referente del vestuario. Con humildad y ambición, Pedri declara su amor al Barça en su momento más dulce.

Llegó al Barça con 17 años y, ahora que está a punto de cumplir 23, ya es uno de los futbolistas que lleva más tiempo en el equipo. De hecho, es el quinto capitán. ¿Siente que es uno de los líderes del vestuario?
He vivido un cambio grande desde que llegué, sí. Parece que sea ayer y han pasado cinco años y pico. En este tiempo he aprendido mucho de los compañeros y de los capitanes que he tenido. Y sí, ahora me siento en una posición de liderazgo dentro del equipo.

En el tiempo que lleva en el Barça ha vivido el fin de un equipo, liderado por Leo Messi, que lo ganó todo, y el inicio de una nueva era. ¿Cómo ha digerido esta transición?
En las diferentes etapas que me ha tocado vivir en el Barça he aprendido mucho, sobre todo de futbolistas como Busi, Jordi, Leo, Geri y Sergi [Busquets, Alba, Messi, Piqué y Roberto]. Además de la calidad que tenían sobre el césped, era increíble entrenar con ellos, me enseñaron cómo debo estar fuera del terreno de juego y qué debo hacer para ayudar al equipo. Ahora me toca disfrutar y tratar de transmitir esto mismo a los jóvenes.

Le faltó jugar con Iniesta...
Claro que sí. Habría vivido un sueño jugando a su lado, pero no pudo ser porque él se marchó antes de que yo llegara. Si lo hubiera disfrutado como compañero habría sido increíble.

Hasta ahora, en el Barça tiene una media de cinco goles por temporada. De momento, este curso ha marcado dos. ¿Hasta qué punto da importancia a la aportación goleadora que puede ofrecer al equipo?
Le doy bastante importancia. Todo el mundo me dice que tengo que marcar más goles, que tengo que probar el tiro a puerta, que debo llegar al área. Soy consciente, debo mejorar. Mi hermano me ha puesto una marca para esta temporada, pero no se la diré...

¿Es un objetivo personal superarse en este aspecto?
Lo es, lo es.

Siempre que celebra un gol hace el gesto de ponerse gafas, dedicado a su padre. ¿Hasta qué punto su familia es importante para usted?
Es lo más importante. Me han dado la vida y siempre han estado a mi lado. Me han ayudado, han visto todos mis partidos y me han apoyado cuando las cosas no me han ido bien. Y cuando me han ido bien me han hecho tener los pies en el suelo. Mi hermano, por ejemplo, me da caña con lo de los goles. Y todo esto me ayuda a mejorar y a seguir disfrutando.

De pequeño no podía ser más que barcelonista, porque en su casa son muy culers. No se formó como futbolista en La Masia, pero su juego es cien por cien Barça. Y con 22 años es uno de los pilares fundamentales del equipo. ¿La relación que tiene con el FC Barcelona va más allá de la de un futbolista con su club?
Sí, es así. Cuando nací me pusieron la camiseta del Barça. Mi abuelo y mi padre eran culers a muerte y esto me lo han trasladado. Yo soy un aficionado culer que tiene la suerte de jugar en su equipo. Vivo en un sueño y soy consciente cada día cuando me levanto.

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