Un fatídico 29 de abril para la gimnasia azulgrana

Un fatídico 29 de abril para la gimnasia azulgrana

El considerado como el mejor gimnasta español de todos los tiempos y que pertenecía a la sección de gimnasia del Club, Joaquín Blume, perdió la vida en un accidente de avión el 29 de abril de 1958

Considerado como el mejor gimnasta español de todos los tiempos, Joaquim Blume pertenecía a la sección de gimnasia del FC Barcelona desde su creación, en 1958. Nacido en Barcelona en 1933, fue campeón de España absoluto durante diez años consecutivos desde de 1949. Con sólo 19 años participó en los Juegos Olímpicos de Helsinki de 1952, y fue el único español en la prueba de gimnasia. Tres años más tarde ganó cinco medallas de oro en los Juegos Mediterráneos de Barcelona. En 1957 se proclamó campeón de Europa absoluto en París al derrotar al favorito ruso Iuri Titov. Con motivo de este galardón, el Barça le hizo un homenaje y Blume fue el encargado de hacer el saque de honor en el partido de Liga que enfrentó en el Camp Nou el equipo barcelonista y el Athletic de Bilbao. El gimnasta era también el máximo favorito en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960. Pero no pudo disputar. Estaba destinado a marcar una época, pero un accidente de avión le segó la vida para siempre.

Un avión bimotor de Iberia Douglas FEC-ABC había salido de Barcelona a las 15.15 horas de aquel fatídico miércoles 29 de abril de 1959. Su destino era Madrid, donde Blume y el resto de gimnastas que viajaban debían enlazar con otro vuelo que les debía llevar a Santa Cruz de Tenerife y las Palmas para hacer varias exhibiciones gimnásticas. Desgraciadamente, nunca llegó a su destino. A las cinco y media de la tarde, aproximadamente, el aparato se estrelló en la cordillera de Valdemeca (Cuenca), en el paraje conocido como Telégrafo, en el término municipal de Huerta del Marquesado. En este punto, conocido popularmente también como Collado Bajo, de 1.839 metros de altura, fue donde Blume y el resto de los 24 viajeros y 3 tripulantes que viajaban en el avión perdieron la vida. Se da la triste circunstancia de que en Blume la acompañaba María José Bonet, su esposa y también gimnasta, que estaba esperando su segundo hijo. Las malas condiciones meteorológicas, con una fuerte nevada, una densa niebla y una gran tormenta eléctrica fueron la causa del accidente.

La conmoción en Barcelona por la muerte de Blume fue indescriptible. Más de cinco mil personas esperaron a la entrada de la iglesia de Santa Ana, donde se instaló la capilla ardiente con los restos mortales de Blume y su esposa, junto con las de cuatro gimnastas más. Los ataúdes fueron llevados a hombros por miembros de las secciones deportivas del FC Barcelona y de la Federación Catalana de Gimnasia. Para la iglesia pasaron numerosas personalidades del mundo del deporte durante toda la noche y miles de ciudadanos quisieron decir su último adiós a los fallecidos. De hecho, fue tan grande la aglomeración de personas en torno a la iglesia de Santa Anna que se tuvo que cortar el tráfico en la plaza Catalunya y las calles cercanas.

El entierro, que tuvo lugar el 2 de mayo, fue multitudinario. Fue presidido por las máximas autoridades militares y políticas del país, además de numerosos representantes de entidades deportivas encabezadas por Francesc Miró-Sans, presidente del FC Barcelona, y el resto de directivos azulgrana que llevaban una bandera del Club.

Los que tuvieron el placer de ver alguna actuación de Blume siempre recuerdan el Cristo en el ejercicio de anillas, una de sus figuras más destacadas, y que la ejecutaba a la perfección. Pero también dicen los que lo conocieron que 'Achim' Blume no sólo era un deportista de pies a cabeza, sino también un hombre encantador, modesto, cordial, y que siempre tenía una sonrisa para todos.

Força Barça
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