La temporada del Barça tiene un denominador común: las remontadas. Especialmente durante el último mes, en el que el conjunto de Flick ha conseguido darle la vuelta repetidamente a resultados adversos para acabar sumando los tres puntos. El último ejemplo, el de este martes en la Champions contra el Eintracht Frankfurt. Aunque esta no fue igual que las demás.

Para empezar, porque esta vez el rival no se adelantó en los primeros minutos de partido. En la Liga, el Alavés (minuto 1) y el Betis (minuto 6) golpearon muy pronto al Barça, que en ambos casos supo reaccionar rápido y se marchó al descanso ya por delante en el marcador, con un 2-1 y un 1-4 respectivamente.

Por debajo al descanso

Contra el Atlético de Madrid, en cambio, el gol encajado llegó en el minuto 19, solo dos minutos antes que contra el Eintracht (minuto 21). Aquel día, sin embargo, el Barça también necesitó solo siete minutos para igualar el marcador. Al descanso del día del Atlético figuraba un 1-1 en el electrónico.

Contra los alemanes la respuesta rápida no fue posible y el Barça se fue a vestuarios perdiendo, un hecho que solo había pasado una vez como locales en toda la era Flick: contra el Leganés, en un partido que se acabó escapando (0-1).

Ahora bien, en la segunda mitad un doblete de Jules Kounde volvió a poner las cosas en su sitio. La remontada, en esta ocasión, se cocinó a fuego lento y se hizo esperar más que últimamente. Pero el resultado final fue el mismo, que es lo que realmente importa.

Cuatro seguidas por primera vez

Al final, en definitiva, todo son remontadas. De distinto tipo, pero remontadas al fin y al cabo. Y la del Eintracht Frankfurt es la cuarta consecutiva, un hecho inédito en la historia del Club. Contra Osasuna, el próximo sábado, se abrirá un nuevo melón. ¿Habrá remontada de nuevo?

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