"Se tiene que explicar que el fútbol es una cosa para todos"

El deporte es, probablemente, uno de los ámbitos en que las mujeres han ido ganando más protagonismo durante los últimos años, y el fútbol no es una excepción. Con todo, aún cuesta encontrar mujeres que se planteen este deporte como una ocupación a largo plazo. Desde la Agrupación Barça Jugadores, con motivo del Día Internacional de la Mujer, hemos querido conocer más a fondo el perfil de dos miembros de la asociación que tuvieron el fútbol como gran afición. Ahora, ninguna de las dos se dedica a jugar.

África Ocaña, miembro de la Agrupación y exjugadora azulgrana, empezó a jugar a fútbol a los 18 años en el barrio donde vivía. Después de pasar por unos cuantos equipos, Ocaña se integró al primer equipo del FC Barcelona Femenino, donde estuvo hasta el 1998 y, dos años más tarde, puso punto final a su etapa como profesional. No fue hasta el año pasado cuando la exazulgrana se hizo socia de la Agrupación.

A su turno, Maria Amo, también exjugadora del Club y miembro de la Agrupación, pisó el vestuario del conjunto azulgrana por primera vez con 14 años, y pasó allí las seis temporadas siguientes. Después, continuó ligada al mundo del fútbol a través de diferentes equipos, hasta que a los 29 años decidió retirarse. Igual que Ocaña, fue el año pasado cuando decidió que quería formar parte de la Agrupación.

Fútbol femenino: ¿ocupación o hobby?

Ambas exjugadoras siguieron caminos diferentes en lo relacionado con su carrera deportiva, pero lo que las une es el hecho de que ninguna de ellas apostó por el fútbol como salida profesional. África Ocaña explica que "estudié para ser administrativa, y trabajé durante más de dos décadas en una gestoría y asesoría fiscal y laboral. Ahora, trabajo en el Aeropuerto". Por otro lado, Maria Amo se decantó por la arquitectura técnica, en especial todo aquello relacionado con la delineación de edificios y obras. 

Mientras era jugadora azulgrana, Ocaña ganó la Copa de la Reina la temporada 1993-94. Era la primera vez en la historia que el FC Barcelona conseguía ese título, pero este logro tampoco sirvió para que la exjugadora tuviera esperanzas de poder ganarse la vida en el terreno de juego: "no lo consideré una opción realista. Puede que las chicas hoy en día sí que se lo planteen, pero en mi época el fútbol era simplemente una afición si eras mujer". En esta línea, Amo explica: "nunca me planteé que el fútbol pudiera ser mi única ocupación. Cuando jugaba, no cobraba ni sacaba ningún beneficio. Es más: cuando comencé pagaba 2.000 pesetas al mes a mi equipo".

Pero, ¿por qué el fútbol podía ser una profesión para los hombres, y las mujeres se lo planteaban sólo como una opción a corto plazo? Ocaña considera que "la mujer se consideraba inferior. En alguna ocasión, incluso, nos habían dicho: 'id a fregar platos'. No estaba bien visto que las mujeres pudiéramos jugar a fútbol, y aún era más inimaginable que pudiéramos ser buenas". Amo añade que, otro factor que ha podido influir en esta tónica es que "nunca ha tenido la repercusión que tiene el masculino. Es justo ahora que se está incentivando el fútbol femenino, sobretodo a través de las noticias y de Internet. Pero antes nadie hablaba de ello".

El camino a seguir

Para ganar presencia femenina dentro del mundo del fútbol, Ocaña cree que el factor clave que tiene que cambiar es "la mentalidad, que la sociedad normalice que las mujeres también juegan". La exazulgrana también pone el foco en las escuelas, donde considera que "se tiene que explicar que el fútbol es una cosa para todos. Se tiene que empezar a decírselo a los niños desde pequeños".

Con todo, las dos coinciden en que el futuro es esperanzador. "El fútbol femenino va en aumento, y un ejemplo es el ABJ Femenino. Hace un año que pertenezco a la entidad y desde entonces ha habido muchas incorporaciones", explica Amo. "Creo que cada vez irá a mejor. Desde la Agrupación se preocupan para que podamos hacer lo mismo que los hombres. Se tiene que continuar trabajando, peldaño a peldaño" concluye Ocaña.