Se cumplen 35 años de la liberación de Quini

Se cumplen 35 años de la liberación de Quini

El 25 de marzo de 1981, ante la comisaría de policía de la Vía Laietana, en Barcelona, más de 1.500 personas esperaron la llegada de su amado goleador, después de casi un mes de secuestro

El 1 de marzo de 1981 el Barça venció en el Camp Nou al Hércules de Alicante por un contundente 6-0, con una actuación estelar del delantero asturiano Enrique Castro "Quini", que marcó dos goles. Después de un mal comienzo en la competición, en aquellos momentos el equipo que entonces dirigía Helenio Herrera iba lanzado al asalto del liderato de la Liga, ya que ocupaba la segunda posición a sólo dos puntos de un líder, el Atlético de Madrid, que daba síntomas claros de debilidad. Para más emoción, justo una semana después, colchoneros y azulgranas tenían que enfrentarse en el Vicente Calderón.

Pero lo que estaba siendo un día de alegría para los barcelonistas terminó siendo una terrible pesadilla. Cuando Quini volvía hacia su casa, tres jóvenes parados sin antecedentes penales lo asaltaron en su coche y se lo llevaron en una camioneta. Al día siguiente se confirmó la noticia del secuestro del goleador azulgrana. Comenzaba un período de angustia infinita para la familia y para todos que se prolongó durante casi un mes.

Por suerte, el drama tuvo un final feliz. Los secuestradores pagaron su inexperiencia y el plan conjunto de la policía española y suiza se cumplió a la perfección. Uno de los secuestradores fue detenido en Ginebra, donde se disponía a retirar una cierta cantidad de dinero de un banco. Interrogado, delató a sus compañeros, que fueron detenidos poco después. Quini fue liberado por la policía en un taller mecánico de Zaragoza veinticinco días después de su secuestro.

La madrugada de aquel 25 de marzo de 1981, ante la comisaría de policía de la Vía Laietana, en Barcelona, más de 1.500 personas esperaron la llegada de su amado goleador asturiano. Como se pudo leer en una pancarta, "Por Quini venimos a lo que sea". De hecho, aquel secuestro, la dimensión humana de Quini y su enorme compromiso con el Barça hicieron que se convirtiera en un ídolo de la afición, si es que no lo era ya antes.

En aquellos momentos la vida del jugador era mucho más importante que cualquier título y todo el mundo celebró su liberación por encima del descalabro que había sufrido en la Lliga1980/81. Como es natural, los compañeros de Quini habían acusado el fuerte golpe de su secuestro y su rendimiento deportivo bajó considerablemente durante aquellos angustiosos días. Así, con el delantero asturiano secuestrado, el Barça jugó tres partidos de Liga con el Atlético de Madrid, Salamanca y Zaragoza, con un balance decepcionante de un empate y dos derrotas. El tren de la Liga se perdió sin remedio (el campeón fue finalmente la Real Sociedad), pero entonces aquello fue lo de menos.

La mejor noticia fue que muy pronto Quini se recuperó del trance tanto física como anímicamente. Tras proclamarse Pichichi de aquella Liga con 20 goles en 30 partidos, alcanzó la gloria el 18 de junio, cuando el Barça ganó la Copa del Rey al derrotar en la final, en Madrid, al Sporting de Gijón por 3-1. Ese día el Brujo fue el artífice de la victoria en hacerle dos goles a su antiguo equipo.

Quini, por encima de todo, es un hombre bueno. Cuando le dijeron que el añorado Manuel Vázquez Montalbán tenía que escribir el prólogo de un libro sobre su secuestro, sólo puso una condición: "Que no se meta demasiado con los secuestradores. No eran mala gente."

Força Barça
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