Es la hora de hacer deberes

El Mundialito de Clubes, que se ha disputado del 19 al 27 de marzo en la localidad portuguesa de Vila Real de Santo Antonio, en el Algarve, es uno de los torneos más largos del panorama internacional. Son nueve días de competición en los que los jugadores sólo suelen disputar un partido al día y tienen mucho tiempo libre. El Barça ha participado este año con el Alevín B de Jordi Font y antes de partir hacia Portugal tanto el técnico azulgrana como su segundo entrenador, Josep Ramon Olivé, aprovecharon el último partido de Liga que jugaron en el campo del Sant Andreu para reunirse con los padres y explicarles que durante el torneo aprovecharían para estudiar. Así que cada niño llevaba en su bolsa de viaje los libros escolares y una lista con los de los deberes que les habían puesto los profesores en la escuela.

"Tanto Josep Ramon como yo dedicamos una hora diaria a estudiar con ellos. Este es un torneo muy largo donde los chicos tienen mucho tiempo libre y queríamos que lo aprovecharan. A aquellos que no tenían deberes de la escuela les hicimos leer un libro. Creo que es una buena iniciativa que nosotros, como club, siempre aplicamos los torneos largos", explica Jordi Font. Los jugadores también tuvieron tiempo para hacer excursiones por el Algarve y para ir a la playa. Hubo una mañana, el fatídico día de los atentados en Bruselas, que los chicos hicieron un mural en memoria de las víctimas. "Esta fue una experiencia muy emotiva que nos sirvió para hablar con ellos de lo que había sucedido y, sobre todo, por qué había pasado en Bélgica", añade Jordi Font.

Control de notas cada trimestre

El Barça, como club, no sólo controla el buen uso que hacen los jugadores del fútbol formativo amateur de las redes sociales sino que los chicos deben presentar cada trimestre las notas que sacan a la escuela. "Al margen de Carles Folguera, director de La Masía, está Rubén Bonastre, el jefe de estudios, que nos pasa informes semanales. Hay que ir a una. Aceptamos que suspendan una o dos asignaturas, pero no siete u ocho. Porque al final, el que es un jeta en el colegio lo es el vestuario. Y si permites que un infantil o un alevín pase de todo, pasará de todo siempre. La actitud es vital y al que no le guste, adiós", explica Jordi Roura, secretario técnico del fútbol formativo amateur del FC Barcelona.