Sergi Fernández: "Queremos que la Champions vuelva a casa"
La Champions 25/26 empezó con buen pie para el Barça de hockey sobre patines, con una victoria de prestigio en la pista del Reus. Pero es este jueves cuando la máxima competición europea se cita en el Palau Blaugrana, que volverá a vivir una gran noche con la visita del Hockey Trissino. Tras unos años complicados en Europa, y con un nuevo proyecto encabezado por Ricard Ares, el equipo afronta esta cita con ambición renovada y la voluntad de reencontrarse con su mejor versión continental.
Capitán y voz autorizada en cualquier gran cita, Sergi Fernández afronta una nueva Champions con la serenidad de quien ha vivido todas las versiones posibles de este torneo. Conocedor de lo que significa competir en Europa y del peso de jugar en el Palau, el portero blaugrana combina experiencia, ambición y una mirada renovada ante un proyecto que quiere recuperar el camino de las grandes noches. Con él, conversamos sobre el presente, las sensaciones y el reto que supone este regreso europeo al Palau.
¿Cómo vive el vestuario este regreso de la Champions al Palau?
Con mucha ilusión y responsabilidad. Somos conscientes de que el año pasado no estuvimos a la altura y tenemos muchas ganas de que la Champions vuelva al Palau para ofrecer un gran espectáculo. Aquí cada partido es especial, pero la Champions lo es aún más. Solo hay que ver el ambiente y cómo anima la afición. Sabemos que entre semana no es la mejor fecha, pero animamos a todo el mundo a venir: el Trissino es un gran equipo y se verá un espectáculo muy bueno. Necesitaremos a nuestra gente, porque en estas competiciones el público da un plus. Esperamos un gran ambiente para luchar por la victoria.
Ahora que hablas sobre el Trissino. ¿Qué destacarías de ellos como equipo
Es un equipo muy potente, tanto en ataque como en defensa. Tienen transiciones muy rápidas, una defensa muy fuerte y llevan muchos años compitiendo muy bien. Han mantenido el bloque, no han hecho muchos cambios y tienen una idea muy clara: luchar por Europa. Es un club italiano que ha apostado muy fuerte económicamente para formar un equipo potente y desde hace dos o tres años son un rival muy serio para llegar lejos.
¿Cuál crees que será la clave del partido para que el Barça se imponga?
Siempre digo que si somos capaces de hacer nuestro juego, dominar el partido, tener transiciones rápidas y llegar mucho a portería, tendremos muchas opciones. Pero también hay que hacer bien los balances defensivos. Estamos trabajando muy bien, tanto física como tácticamente, y la evolución del equipo está siendo muy positiva. Queremos seguir en esta línea y pensar en estos tres puntos, que serían importantísimos.
Llegáis, además, después de la importante victoria contra el Reus de la primera jornada…
Sí, te da un plus de confianza haber sacado un gran resultado en una pista tan difícil como la del Reus, haciendo un muy buen partido. Creo que merecimos los tres puntos. Pero este partido es totalmente diferente. Tenemos que aprender de los errores del año pasado, ir partido a partido e intentar sumar el máximo de puntos cuanto antes para certificar la clasificación. Al mismo tiempo, debemos seguir evolucionando en nuestro juego y asimilando los automatismos del nuevo staff, para que cuando lleguen los momentos importantes de la temporada tengamos las máximas garantías.
Tras unos años complicados en Europa, ¿sentís la sensación de un ‘reset’ con el nuevo proyecto de Ares?
Sí. Siempre que hay un cambio de staff llegan nuevas ideas y una nueva manera de jugar. Los jugadores intentamos ponernos rápidamente a disposición del entrenador y asumir su sistema. Todo tiene un proceso y necesita tiempo. Estamos contentos con el inicio de temporada, aunque hayamos perdido dos títulos —la Liga Catalana y el Mundial de Clubes—, pero la imagen del equipo es cada vez más positiva. Hemos competido muy bien en todos los partidos y ahora toca seguir trabajando y evolucionando.
¿Qué os está aportando Ricard Ares en el día a día y en la manera de competir?
Lo conozco desde hace muchos años. Es una persona apasionada del hockey, casi un “enfermo” de nuestro deporte. Esa pasión, esa agresividad en pista y esa responsabilidad con el escudo son ideas que transmite mucho. Todos sabemos dónde estamos y qué implica defender al Barça. A nivel táctico, nos aporta muchísimo. Hemos cambiado prácticamente todo el sistema respecto al año pasado y tiene las ideas muy claras. Todavía hay cosas que debemos acabar de asimilar, pero poco a poco vamos mejorando. La pasión con la que lo vive se contagia al equipo y eso es muy importante.
De todo esto, ¿cuál crees que es el factor más importante a mejorar?
Te diría que el posicionamiento en pista y la manera de finalizar las jugadas. Cuando el equipo está ordenado en ataque, es mucho más fácil defender. Nosotros queremos un juego atractivo, vistoso, con líneas muy altas, y eso implica riesgos: hay muchos uno contra uno a gran distancia. Podemos mejorar detalles, entrar mejor en los duelos, pero lo vamos haciendo y el equipo va ganando confianza. El Barça siempre propone, siempre quiere dominar y tener el control del partido y de las ocasiones. La idea es buena y creo que estamos en el camino correcto de asimilar.
En la Champions, el último título es de 2018. ¿Es una motivación extra o una presión añadida?
Motivación extra. Siempre intento ver estos aspectos en positivo. Es cierto que un club como el Barça no puede estar tantos años sin ganar la Champions y tenemos muchas ganas de levantarla de nuevo. Pero es una competición muy difícil: un mal partido te puede dejar fuera. Hay muy buenos equipos en Europa —y también en España—, pero lo afrontamos como una motivación. El equipo está muy concentrado y, si hace falta dar un plus, lo daremos. Queremos que la Champions vuelva a casa.
Como capitán, ¿cómo vives este reto europeo?
Me gusta mucho. Llevo muchos años aquí y, en comparación con todo el tiempo que llevo, he ganado pocas Champions. Eso te hace ver lo difícil que es ganarla. Antes había equipos que ganaban muchas seguidas, pero eran otras épocas. Ahora todo está más igualado y es más complicado, porque las últimas Final Four siempre se han jugado en Portugal y eso, quieras o no, es un añadido. No buscamos excusas, pero es una dificultad extra. Aun así, es muy bonito porque las pistas están llenas y se vive el juego de una manera especial. Todo eso lo ponemos en la mochila de la ilusión y la motivación. Continuaremos trabajando para conseguir este reto.