El 25 de noviembre, en Stamford Bridge, el Barça cayó por 3-0 ante el Chelsea en la fase liga de la Champions League. Aquella derrota, contundente en el marcador, marcó un punto de inflexión en el rumbo del equipo. En la sala de prensa, Hansi Flick lanzó un mensaje que, con el paso de las semanas, ha acabado convirtiéndose en una auténtica profecía.

"Veremos a un Barça diferente. Eso es lo que puedo prometer. Veo cómo entrenamos. Veo la calidad y la intensidad con la que lo hacemos y es totalmente diferente a la de hace seis semanas. Hay jugadores que están regresando de sus lesiones, que han aumentado ese nivel, y tengo muy buenas sensaciones. Soy positivo de cara al futuro", aseguró el técnico alemán.

Desde aquel momento, las palabras de Flick se han traducido en hechos. El Barça encadena siete victorias consecutivas en siete partidos, con un denominador común: dos o más goles anotados en todos los enfrentamientos, muestra clara de la solidez y la ambición ofensiva del equipo.

El camino victorioso comenzó con un 3-1 ante el Alavés, seguido de un triunfo de prestigio contra el Atlético de Madrid (3-1). El equipo exhibió carácter y gol en la Cartuja con un vibrante 3-5 contra el Betis, antes de imponerse también al Eintracht (2-1) en competición europea. Osasuna (2-0), Guadalajara (0-2) —este en la Copa— y Villarreal (0-2) han sido las últimas víctimas de un Barça en clara línea ascendente.

Más allá de los resultados, el equipo transmite sensaciones renovadas y una confianza colectiva que refuerza la idea de Flick desde el primer día. Seis semanas después de aquella noche en Londres, el Barça es otro. La profecía se ha cumplido. Y el futuro inmediato invita a seguir creyendo.

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