No ha podido ser. El Barça ha caído ante el Real Madrid (2-1) en un partido espeso en el que los de Hansi Flick no han sido capaces de sacar nada en claro. A pesar de los esfuerzos defensivos por resistir, en ataque han estado desaparecidos, y solo un gol de Fermín y un penalti detenido por Szczesny han permitido a los culers creer en el empate hasta el final. Finalmente, el gol no ha llegado y los azulgranas no han podido rascar ningún punto en el Santiago Bernabéu.
Aunque los culers llegaban con la esperanza de repetir la gesta del año pasado, y a pesar de disputarse exactamente el mismo día, las circunstancias eran completamente diferentes. El equipo azulgrana arrastra muchas lesiones y, mientras que el año pasado los azulgranas llegaban en línea ascendente, este año les ha costado un poco más arrancar. Aun así, la entrega y la lucha del equipo han sido, son y serán innegables, algo que seguramente acabará trayendo cosas positivas.
Quien avisa no es traidor
Los errores se pagan, y a veces muy caros. Hasta en dos ocasiones, al inicio del duelo, la intervención del VAR anuló acciones favorables a los blancos, que habían empezado el partido con la clara intención de marcar territorio. En el minuto tres, el árbitro señaló penalti por una acción de Lamine Yamal sobre Vinícius, pero la revisión dejó la jugada en una anécdota. Más tarde, una pérdida de balón de Fermín en tres cuartos de campo acabó con un potente disparo de Mbappé que hizo temblar la portería de Szczęsny. Aun así, nuevamente el videoarbitraje fue determinante al detectar una posición irregular del francés. A la tercera, sin embargo, no hubo margen para el error. En posición correcta, Mbappé no perdonó y, en el minuto 22, abrió el marcador con el 1-0.
Ataque espeso y trabajo atrás
En ataque, el Barça se mostró poco inspirado. Más allá de alguna recuperación que permitió generar alguna ocasión cerca del área rival, los azulgranas no estuvieron finos. Las pérdidas de balón obligaron al equipo a mantenerse muy atento en defensa. Szczęsny fue el más acertado, con varias intervenciones clave para mantener el 1-0 y evitar que el Madrid ampliara su ventaja.
A medida que se acercaba el final del primer tiempo, el Barça empezó a ver un poco de luz en ataque. Ferran lo intentó dentro del área tras un buen recorte, pero su disparo salió flojo. Sin deslumbrar, los culés fueron ganando metros en campo contrario y, de una chispa de talento, llegó el gol del empate.
Fermín, al rescate
Fruto de la presión alta, Pedri logró recuperar el balón y rápidamente conectó con Rashford. El inglés sirvió un pase de la muerte perfecto para que Fermín rematara y empatara el marcador (1-1, min. 38).
A pesar del gol, la dinámica del partido no cambió demasiado. El Madrid siguió dominando el ritmo ofensivo y, en una nueva acción por la banda, volvió a golpear. Tras una galopada de Vinícius y la cesión de Militao, Bellingham puso el 2-1 justo antes del descanso.
Szczęsny mantiene vivo al equipo
En la reanudación, la buena noticia llegó desde los guantes de Tek. El VAR intervino para señalar un penalti por unas manos de Eric en el área, y cuando la afición blanca ya celebraba lo que parecía la sentencia, el portero alemán apareció como un auténtico salvador. Con una gran estirada, evitó el 3-1 y mantuvo al Barça dentro del partido (min. 51).
Sin puntos
El 2-1 no era, ni mucho menos, un resultado positivo para los culers, pero mantenía viva la esperanza hasta los instantes finales. El marcador, sin embargo, no se movió más. A pesar de los esfuerzos desesperados de los azulgranas, volcados en ataque durante los últimos minutos —con Araujo actuando de delantero una vez más—, los de Hansi Flick no lograron sacar ningún punto del Bernabéu. Con esta derrota, el Barça pone fin a una racha de cuatro victorias consecutivas ante el Madrid. Un hecho casi anecdótico, pero que, al mismo tiempo, abre la puerta a comenzar una nueva.
Volver a levantarse
No hay derrota que defina a un equipo, sino la manera en que se recupera. El Barça se marcha del Bernabéu sin puntos y más lejos en la clasificación, pero consciente de sus errores. Con el tiempo, el equipo recuperará efectivos y volverá a mostrar su mejor versión.