Bobby Robson, el Sir que une Barça y Newcastle

El Barça abrirá fuego en esta Champions visitando el campo del Newcastle, en un duelo entre dos clubes que han compartido pocos vínculos a lo largo de la historia. Pero hay uno lo bastante importante, el de Sir Bobby Robson, quien fue entrenador de ambos equipos. Y, aunque su estancia en Can Barça solo fue de una temporada y en el Newcastle fue de un lustro, dejó huella en los dos. Aunque su nombramiento como técnico azulgrana no fue fácil, ya que fue el sucesor de un tótem como Johan Cruyff, con todo lo que eso implicaba.

Impulsor del fichaje de Ronaldo

A Robson lo avalaba su trayectoria, ya que había dirigido a la selección inglesa durante ocho años y tenía experiencia europea en los banquillos del PSV, con quien ganó dos ligas, del Sporting lisboeta y del Oporto, donde también fue bicampeón de Liga, además de levantar dos Supercopas y una Copa.

Así, en el verano de 1996, asumía la tarea de dirigir a Stoichkov, Guardiola, Figo, Luis Enrique… y Ronaldo. Porque aquella temporada 1996/97 fue la de Robson, pero sobre todo, fue la de Ronaldo. Así ha quedado grabado, de forma totalmente justificada, en la memoria colectiva culer, ya que el brasileño llegó del PSV, marcó 47 goles en 51 partidos y se marchó al Inter.

Tres títulos y una noche para la historia

Pero la eclosión del delantero no podría entenderse sin Robson, un hombre sencillo, bondadoso y un gestor de vestuarios ejemplar. Aquel vestuario tenía 10 nacionalidades diferentes, y fue clave su personalidad conciliadora para que la temporada terminara con tres títulos: la Recopa, la Copa y la Supercopa de España.

Una estancia corta, intensa, triunfal y con momentos antológicos, como una noche copera en el Spotify Camp Nou. Tras empatar 2-2 en el Vicente Calderón en la ida de los cuartos de final, el Atlético de Madrid se puso 0-3 en Barcelona con tres goles de Pantic en la primera parte. Robson tocó el sistema y el corazón de sus jugadores, que sabían que dejaría de entrenarlos al final de la temporada, y la catarsis fue total.

Ronaldo puso el 2-3 con dos tantos rapidísimos, pero el 2-4 de Pantic parecía que volvería a ser imposible. Pero el 3-4 de Figo, el 4-4 de Ronaldo y el 5-4 de Pizzi, con decenas de miles de culers animando, demostraron que no. Aquella noche es historia barcelonista, y fue obra de los jugadores, pero gran parte del mérito fue de Robson.

"Al verlo aprendí que solo notas al entrenador en los momentos malos. Y él, siempre con una sonrisa. En mi caso, me habría sido imposible reaccionar como lo hizo él. Aprendí mucho. En ese momento empecé a pensar que quería ser entrenador por cómo gestionó aquella situación, recordaba Pep Guardiola sobre aquella noche.

Entrenar en casa, el colofón ideal

Tras el Barça volvió a pasar por el PSV y, en 1999, el destino y el fútbol le regalaron la oportunidad de dirigir a su Newcastle, el equipo que había seguido desde pequeño, como su padre. Fueron sus últimos cinco años como entrenador, y tuvo tiempo de regalar a la gente fútbol de Champions durante dos temporadas. Curiosamente, en una de ellas el Newcastle recibió al Barça, en 2003, que venció 0-2 en St James’ Park con goles de Kluivert y Motta.

Fue el último enfrentamiento entre ambos. Ahora, más de dos décadas después, volverá a producirse. Un cáncer, el 31 de julio de 2009, se llevó al técnico, pero siempre es buen momento, y ahora más, para recordar a un verdadero Sir británico.