Una noche mágica en Montjuïc para celebrar una temporada inolvidable
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El Estadi Olímpic Lluís Companys ha vivido este domingo una auténtica explosión de emociones. Después del partido de Liga contra el Villarreal, el Barça y su afición han celebrado, juntos, una temporada de ensueño. Supercopa, Copa y Liga: tres títulos y mil recuerdos que ya forman parte de la historia.
En una gran fiesta culé, con mucha música, color y sonrisas, el Barça ha vivido un nuevo día especial. La entrega del trofeo de Liga ha sido el momento más álgido de una noche emocionante.
Bajo las notas de L’escut al pit, el himno del 125 aniversario, el Estadi se ha convertido en el escenario perfecto. Y, con el cielo de Montjuïc como testigo, el presidente de la RFEF, Rafael Louzán, ha entregado el trofeo de campeones a Ter Stegen, quien lo ha alzado con orgullo ante una ovación que ha hecho temblar las gradas.
¡Campeones, campeones! ha sido el grito unánime que ha acompañado a los jugadores camino de los vestuarios, justo antes de uno de los momentos más emocionantes de la noche: la entrada individual de todos los miembros del equipo. Primero, el cuerpo técnico. La mención al doctor Carles Miñarro, que nos dejó hace unos meses, ha arrancado unos fuertes aplausos.
A continuación, la aparición de Hansi Flick ha desatado la locura, con una gran ovación como muestra de agradecimiento por el trabajo realizado. Un gran reconocimiento a una temporada excepcional. Y, después, ahora sí. Uno a uno, los héroes del curso han pisado el césped, recibidos con aplausos y sonrisas por parte de los 49.558 culés que han llenado el Estadio.
El círculo central se ha convertido en altar de celebración. Con los trofeos de la Supercopa y la Copa en cada esquina, la luz y los fuegos artificiales han dado la bienvenida a cada uno de ellos. La Liga, justo en la entrada del terreno de juego, esperaba su momento: la entrada del capitán, Marc-André Ter Stegen, el último en salir y el encargado de acercar el trofeo al resto de sus compañeros.
Con una gran vuelta de honor y un lanzamiento de serpentinas que ha teñido de color el Estadi Olímpico la fiesta ha llegado a su punto final.
Una gran temporada, con tres títulos y una grandísima muestra de talento culé, que se ha despedido este domingo de Montjuïc, con la esperanza de que el próximo curso también esté lleno de éxitos. Porque este equipo tiene hambre, corazón y mucho futuro.
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