La Champions es ya parte del pasado. Un pasado reciente y doloroso, es cierto, pero pasado, al fin y al cabo. Y como pasado, no vale la pena dedicarle demasiado más tiempo a lamerse las heridas. Porque en la competición no hay tiempo para hacerlo, y la temporada del Barça es tan buena que se ha ganado el derecho a estar compitiendo por todo hasta el final. Y sólo cinco días después de la Champions llega un Clásico que puede acabar de decidir la Liga.

Tres Clásicos, tres victorias

Será la cuarta vez esta temporada que se encuentren Barça y Real Madrid, con un balance más que favorable para los culers, que han ganado los tres. En Liga, un 0-4 en el Bernabéu; en la Supercopa, un 2-5 en Arabia Saudí, y el más reciente, la final de Copa, por 3-2. Es decir, 12 goles a favor y solo cuatro en contra para los de Hansi Flick, que tendrán que dar su mejor versión, una vez más, para intentar superar a los merengues.

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Una victoria, más de media liga

El Barça afronta el Clásico, correspondiente a la 35ª jornada de Liga, con cuatro puntos más que los blancos, y en caso de vencer, se dispararían hasta los siete puntos de margen, a falta de solo nueve puntos en juego. Habría que acabarlo de sentenciar, pero la Liga quedaría muy cerca. Si el partido terminara en empate quedaría todo igual, con cuatro puntos de separación y el average favorable a los culers, pero una jornada más cerca del final.

Y, si el Madrid logra ganar en Montjuïc, el liderato se comprimiría mucho, puesto que se pondrían a solo un punto del Barça, con tres jornadas por disputarse. La gran temporada de los hombres de Flick ha provocado que, pase lo que pase en el Clásico, saldrán como líder. Pero también tienen en sus manos la posibilidad de dar un estoque definitivo para acabar la temporada levantando la Liga. En definitiva, toca cambiar el chip, la ocasión lo merece.

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