Los campos de fútbol como motor de progreso del Barça

Los campos de fútbol como motor de progreso del Barça

Desde la inauguración del Campo del Carrer Indústria el año 1909 los estadios del FC Barcelona han sido unos factores de expansión social y deportivo del Club

A principios de la historia azulgrana el Barça llevó a cabo un peculiar nomadismo por varios distritos de la ciudad de Barcelona para poder jugar sus partidos de local, pasando por Sarrià-Sant Gervasi (antiguo velódromo de la Bonanova, 1899-1900) ; Horta-Guinardó (Hotel Casanovas, 1900-1901, y carretera de Horta, 1901-1905)y L’Eixample (calle Muntaner, 1905-1909). Fueron esos unos años complicados, de intento de consolidación, titubeos y finalmente franca decadencia de un Club que todavía estaba en busca de su propia identidad, todavía alejado de cualquier rol de protagonismo en la sociedad barcelonesa y catalana.

Todo cambió a partir de 1909. En diciembre del año anterior Joan Gamper había alcanzado la presidencia azulgrana por primera vez y había salvado al Club de su desaparición, estableciendo un innovador vínculo con el sentimiento identitario catalán como uno de los milagrosos motivos del resurgimiento. La mejora fue vertiginosa: los escasos 38 socios de finales de 1908 ya eran más de 200 cuando el 14 de marzo de 1909 se inauguró el campo de la antigua calle de la Industria, en la actual manzana formada por las calles Londres, París, Còrsega, Urgell y Villarroel.

El campo de la Indústria también estaba ubicado en el distrito del Eixample, como su antecesor de la calle Muntaner, pero se había convertido en símbolo del nuevo y ya imparable empuje del Club. Su capacidad inicial era de 1.500 espectadores, aumentada a 6.000 cuando en 1916 se terminó su tribuna de dos pisos. Entonces el Barça tenía 1.987 socios y ya gozaba de prácticamente todos sus rasgos distintivos contemporáneos: era el Club de la ciudad, había casi completado su nexo sentimental con Catalunya (el catalán ya era su idioma oficial), sus seguidores ya se llamaban culés y los apasionados derbis se jugaban contra el Espanyol.

Llegamos a los años veinte, cuando estalló la locura por el fútbol en la Ciudad Condal de la mano de figuras tan mediáticas como Ricardo Zamora y Pep Samitier. En 1922 el Barça estaba inmerso en su primera edad de oro, una expansión deportiva y social reflejada en 6.341 socios que ya no cabían en ese entonces pequeño campo de la Indústria. El obligado cambio de escenario se vio favorecido por la salvadora figura de Joan Gamper, de nuevo en la presidencia del Club. Con el prohombre suizo no había vacilaciones: el 19 de febrero de ese año se puso la primera piedra de un campo nuevo, entre las actuales calles Numància, Marquès de Sentmenat, Vallespir y Travessera de les Corts. Sólo tres meses después, el 20 de mayo, el estadio de Les Corts era una realidad, con una capacidad inicial para 22.000 espectadores.

La definitiva consolidación del FC Barcelona como entidad emblemática de la Ciudad Condal y de Catalunya se establece a partir de ese momento. En paralelo, fue entonces cuando el barrio de Les Corts, hasta entonces muy poco habitado, empezó a cobrar un gran auge con su nueva condición de casa del FC Barcelona. Se empezaron a construir casas, a edificarse fábricas, a establecerse industrias y comercios. Así, Les Corts se convirtió en una especie de poderoso imán que atrajo a no pocos barceloneses a agrandar la ciudad por aquella zona.

Tras el bache de la Guerra Civil, con el apego por el fútbol creciente de forma exponencial a falta de otras alegrías, Les Corts se empequeñeció rápidamente a pesar de sus constantes ampliaciones: en 1946, ya al límite de sus posibilidades, el viejo estadio tenía un aforo de 48.000 espectadores, cifra insuficiente para los 24.150 socios y la numerosísima masa social que pasaba por las taquillas cada quince días.

El resto de la historia es conocido: después de algunos retrasos provocados por algunas indecisiones institucionales, el 24 de septiembre de 1957 se inauguró el Camp Nou, entonces un modernísimo e imponente estadio con una capacidad para 99.053 personas. Las puertas del futuro azulgrana se abrían de par en par con este nuevo escenario, ahora necesitado con urgencia de una radical y obligada transformación para adecuarlo a los nuevos tiempos.

 

Força Barça
Força Barça

Relacionado Con este contenido

Cerrar artículo

Relacionado Con este contenido