Si el Barça quiere optar a volver de Colonia como campeón de Europa tendrá que dejar por el camino al THW Kiel, su rival en las semifinales de la Final Four de la Champions League. Se trata de uno de los dos alemanes clasificados para las instancias finales, junto al Magdeburgo, y jugando en su país, buscarán demostrar los argumentos que han exhibido para ser uno de los cuatro mejores equipos del continente.

Discretos en Liga; eufóricos en Europa

Más allá de todos los enfrentamientos previos con ellos, de nada importa mirar al pasado, y en este texto se pondrá sobre la mesa qué se pueden encontrar ante ellos los hombres de Carlos Ortega. Ante todo, aunque el Kiel ha tenido una temporada discreta en la liga alemana, quedando cuarto clasificado, por debajo de las expectativas, llega a la gran cita del balonmano europeo con la confianza por las nubes, después de haber protagonizado la gran remontada de los cuartos de final.

Tras perder en Montpellier 39-30 en el partido de ida, levantaron la eliminatoria con un espectacular 31-21 en su casa, con un 61-60 ajustadísimo en el global que les hace llegar capaces de todo. Sobre todo en este partido de vuelta, demostraron todos o casi todos sus argumentos de los que disponen para poder vencer al Barça.

Un equipo muy duro y muy grande

El más evidente, como advirtió el propio técnico Carlos Ortega en el Media Day previo a viajar a Colonia, es la extrema dureza que proponen en defensa, sobre todo con el esquema 6-0. Se trata de un equipo físicamente muy imponente, no en vano es la plantilla más alta de toda la Final Four, con una media de 194,7 centímetros, mientras que el Barça es el penúltimo con 190,8. Por el contrario, esa teórica diferencia física tiene otra lectura, y es que el Barça parece ser netamente superior en las transiciones, aprovechando la velocidad de sus jugadores, y si los culéer son capaces de correr y jugar al ritmo que ellos quieren, tendrán muchas más opciones de ganar.

Construido a partir de la defensa

El Kiel, por su parte, intentará imprimir una gran intensidad física desde el inicio, y bien harían los culers de no desquiciarse mentalmente con el juego del rival para mantenerse enfocados al 100% en el partido. Una vez más, la defensa del Kiel es su punto más fuerte, y así lo ejemplifica que durante toda la fase de grupos de la Champions fue el segundo equipo menos goleado, con 379 goles encajados en 14 partidos, solo superados por los 373 del Zagreb.

Un viejo rockero y dos cañoneros en racha

Pero sin olvidar sus amenazas en ataque, con tres nombres que destacan por encima del resto. Su máximo goleador en esta Champions es el sueco Niclas Ekberg, con 83 goles. Ya fue el máximo goleador absoluto de toda la competición en la temporada 2019/20 y con 35 años sigue siendo un jugador a detener. Sin embargo, por detrás hay dos jugadores que llegan en un estado de forma brutal, el también sueco Eric Johansson y el polaco Mykola Bilyk.

El primero fue clave en la eliminatoria ante el Montpellier, marcando ocho goles en el partido de ida y otros ocho en el de vuelta. Bilyk no se quedó atrás, y marcó siete en cada uno de los dos partidos, la misma cifra que había marcado contra el Zagreb en el último partido de la fase de grupos. Así pues, como no puede ser de otra forma, el Barça se encontrará un auténtico equipazo en frente.

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