Con ilusión y confianza, camino de Europa

Todo listo para el regreso a la UEFA Futsal Cup. Después de tres temporadas sin que el FC Barcelona de fútbol sala pudiera participar, ha llegado el turno de poder volver a luchar para alcanzar la corona europea. Los de Andreu Plaza, que jugarán la primera ronda eliminatoria esta semana contra el Chrudim de Chequia, el Gyor de Hungría y el Luparense italiano, viajan este mediodía hacia Italia con mucha ilusión y confianza. Ilusión porque jugar en Europa siempre es especial; y confianza porque llegan a esta cita con un pleno de victorias en la Liga, con un cinco de cinco de triunfos y buenas sensaciones de juego.

Así lo han dejado claro el pívot Ferrao y el mismo técnico del Barça Lassa, que han coincidido en señalar las ganas del equipo. "Creo que nos llega en un buen momento, ya que estamos todos juntos y en el mismo camino. Estamos preparados", ha añadido un Ferrao que tiene claro el objetivo: "Viajamos para ganar los tres partidos. Sabemos que con esta camiseta tenemos que intentar ganar siempre". Andreu Plaza está de acuerdo, pero añade: "Queremos quedar primeros y, a partir de ahí, esperar un buen sorteo en la siguiente ronda".

Una UEFA Futsal Cup renovada

La de esta temporada será la primera edición de la máxima competición europea de fútbol sala con un mayor número de participantes, partidos y eliminatorias. Primero será el turno de la Main Round, en la que 32 equipos perseguirán las 16 plazas disponibles para la Ronda Élite (se formarán cuatro grupos de cuatro y los cuatro campeones accederán a la Final Four).

Ahora, el Barça, que quedó encuadrado en el grupo 4 de la Ruta A, deberá quedar entre los tres primeros para acceder a esta Ronda Élite. Entre el 11 y el 14 de octubre, jugará contra el Gyor (11 de octubre, 18 horas), el Chrudim (12 de octubre, 18 horas) y el Luparense (14 de octubre, 20.30 horas).

Aunque este último se prevé el más complicado, ya que es el anfitrión del grupo y el actual campeón de Italia, tanto Andreu Plaza como Ferrao han comentado que la forma de jugar en Europa no es la misma, que se tendrá que cambiar el chip y que "no hay ningún equipo ni rival fácil".