20 años de Juan Carlos Navarro

20 años de Juan Carlos Navarro

El 23 de noviembre de 1997 debutaba en el primer equipo un chico de Sant Feliu que se convirtió en el mejor jugador de la historia del baloncesto azulgrana

Llegó al Barça con sólo 11 años, procedente del equipo de su pueblo, el CB Santfeliuenc. 25 años después todavía está, y se ha convertido, no sólo en historia viva del Palau Blaugrana, sino también en el mejor jugador de la historia de la sección del baloncesto del Club. Aquel niño, que empezó a jugar siguiendo el espejo de su hermano Justo, ahora es el mejor jugador de todos los tiempos del FC Barcelona.

Veinte años de un debut con el primer equipo del club de tu vida no los cumple cualquiera, y es por eso que se siente un privilegiado: "Este mes de noviembre es un mes muy especial. Nunca habría pensado que llegaría hasta aquí. Cuando miro atrás veo que todo ha pasado muy rápido, pero estoy superorgulloso de quien soy, cómo soy y los valores que me ha podido transmitir mi club. Siempre digo que esta es mi casa. Poco más puedo añadir para definir cómo de bien me siento aquí".

Más allá, sin embargo, de una leyenda en el mundo del baloncesto, más allá de un coleccionista de récords y títulos -lo ha ganado todo-, se esconde una persona muy normal, muy paciente y tranquila. Un tipo, como dice el tópico, amigo de sus amigos y que da mucho valor a la familia, su faro.

La Vane, la pared maestra

Su mujer, Vanesa, con quien hace diez años que está casado y lleva 21 años de relación es y ha sido su gran pilar, su pared maestra. En los malos y en los buenos momentos, ella siempre le ha apoyado. Ha sido la crítica más feroz -ahora el testigo lo han cogido sus dos hijas Lucía y Elsa- y ha sido la que más le ha animado a superar los momentos no tan buenos.

Se conocieron con tan sólo 14 años en Sant Feliu. Jugando baloncesto, como no podía ser de otro modo, en un espacio bautizado como Las Pistas. A Juan Carlos niño le gustaba mucho aquella niña, Vane, la hija de Luis y Sole, que nunca habrían imaginado que acabaría siendo la mujer del mejor jugador de baloncesto de la historia de nuestro club. "Dos años me fue detrás", explica Vane, "hasta que al final le dije que sí" (sonríe).

Su mujer recuerda, aún con emoción, el día de su debut en el Palau: "Hacía poco tiempo que estábamos juntos. Él hizo lo que quiso en los minutos que estuvo en la pista. Recuerdo un Palau emocionado con aquel jugador que no tenía miedo de nada. Después del partido, mucha gente le esperaba fuera. ¡Todos querían un autógrafo!". Vane también explica que Juan Carlos -hombre que controla bastante sus emociones-, ese día estaba muy contento. El 23 de noviembre de 1997 había debutado con el primer equipo del FC Barcelona, ​​bajo las órdenes de Joan Montes.

Detrás de Vane, pero, también está el fruto de su amor, sus dos hijas Lucía y Elsa. Ambas, también jugadoras de baloncesto, están "enamoradas" de su padre. Idolatran todo lo que ha hecho, desde la normalidad que siempre les ha procurado transmitir. Son, junto con Vane, sus dos críticas más feroces, comenta Juancar, como es conocido en casa por su mujer: "Desde que empezaron a jugar al baloncesto que se han convertido en mis críticas más duras. Os tengo que decir, sin embargo, que me gusta ver cómo crecen y como saben leer situaciones del juego que quizás yo ni había visto".

Valores indestructibles

La familia -padres, hermanos, Vane e hijas- y sus amigos son los dos puntos básicos en los que Juan Carlos Navarro sustenta su manual de valores. Se siente "orgulloso" de todo lo que ha construido junto a su mujer y "contento por poder haber mantenido los mismos grupos de amigos" con los que creció en el pueblo. "Solemos quedar menudo. Mi casa siempre tiene las puertas abiertas. Las tardes tras partido solemos estar juntos. Jugamos a cartas, reímos mucho, vemos partidos del Barça de fútbol juntos... Esto es muy importante y sano para todos, y también hablamos de la actualidad que nos rodea". Estos momentos son, como el capitán del Barça Lassa reconoce, "impagables".

Los amigos de Juan Carlos le han acompañado a todas partes. Desde el Mundial junior de Lisboa, en el que se proclamó campeón del mundo superando los Estados Unidos en la final, hasta el último bronce ganado en el Eurobasket de Turquía. Veinte años acompañándolo también en citas del Club, con recuerdos imborrables, como la final de la Euroliga 2010 en París u otras Finales a Cuatro con sabores más agridulces, que siempre se han hecho más soportables en su compañía: "El que siempre alguno de mis amigos haya estado allí ha significado muchísimo. Para mí es importante saber que tus amigos están. Tengo la sensación de que nunca estoy solo sabiendo que los tengo cerca y siempre me han ayudado mucho".

Uno de los amigos más recientes, pero con quien ha sellado una amistad indisoluble, es el ex jugador del Barça de balonmano Iker Romero. El de Vitoria, ahora manager de un equipo de balonmano de la Bundesliga, nos cuenta cómo se conocieron y cómo nació una amistad a prueba de bombas: "Yo estaba en Ibiza de vacaciones con algunos amigos. Era el año 2003. Ese mismo verano, mientras yo estaba allí, me llamó Valero Rivera para fichar por el Barça. Yo no dije nada a nadie -después jugaría ocho temporadas en el Palau. Una tarde coincidimos con Juan Carlos, Pau y Marc Gasol, que también estaban allí de vacaciones. Jugamos un partido de voley playa, que por cierto ganaron ellos y, después, hicimos unas cervezas".

Desde ese momento, su amistad ha ido a más. Cada vez que Iker está Barcelona disfrutan de momentos juntos, continúan pasando vacaciones juntos con sus respectivas familias y son referencia el uno del otro: "Quizá suena un poco romántico, pero si alguien me preguntara cómo debería ser un amigo, les diría que como Juan Carlos. Es una persona 10 que siempre ha estado allí cuando la he necesitado. Me siento muy orgulloso de poder decir que es uno de mis mejores amigos".

Las mismas costumbres de siempre

Si algo define a Navarro como persona, sin embargo, es que huye de los grandes lujos. No es de los que suelen ir a restaurantes caros para cenar, no lleva coches de última generación deportivos y no hace viajes fuera del alcance de todos. Él es el Juanqui de siempre, el que creció en Sant Feliu. Sigue yendo al mismo bar cada mañana, donde come un bocadillo de pan con tomate y jamón dulce y toma su cortado en la barra, mientras hojea cuatro diarios.

Sigue acompañando a sus hijas a los entrenamientos de baloncesto, siempre que los viajes del equipo se lo permiten, curiosamente, en el pabellón que lleva su nombre en Sant Feliu, algo, reconoce, "a lo que creo que todavía no me he acostumbrado". Sigue devorando series en los viajes realizados en el primer equipo de baloncesto, ¡las ha visto todas!, pero se muere de risa con 'La que se avecina'. Continúa también llevando colgados de las orejas los mismos cascos blancos simples y de cable, nada de auriculares inalámbricos...

Sigue huyendo también las redes sociales, no tiene cuenta de Twitter ni de Instagram, aunque de ofertas para hacerse no le han faltado: "Soy mucho de guardarme mis opiniones para mí. En todo caso, me gusta la pluralidad y comentar las cosas con mis amigos. No necesito que miles de personas sepan como pienso". Continúa también siendo fiel a los ídolos. A sus hermanos y a Federer. "Sin que se enfade Nadal, que me parece uno de los más grandes tenistas que nunca he visto y al que admiro muchísimo, sobre todo por su mentalidad, Roger Federer ha sido una inspiración. Es un jugador diferente, tiene un juego sutil ya la vez bonito, muy bonito. Tiene mucha clase y siempre ha sido educado y nunca ha tenido una palabra por encima de otra. Por eso tal vez me he sentido muy identificado".

Los compañeros de habitación

En estos 20 años en el primer equipo del FC Barcelona, ​​Juan Carlos Navarro ha tenido numerosos compañeros de habitación. La convivencia, siempre clave para transmitir un buen clima en un equipo profesional, ha sido clave para los éxitos del equipo. Compañeros como el ahora manager de la sección, Nacho Rodríguez, Pau Gasol, Roger Grimau, Víctor Sada, Alex Abrines o Ante Tomic han marcado las temporadas de la 'Bomba': "Con el que más tiempo he pasado es quizás con Pau Gasol, aunque más en la selección que en el Barça, pero lo quiero mencionar porque cuando subimos al primer equipo de manera más continuada siempre estábamos juntos. Hacíamos muchas cosas juntos dentro y fuera del equipo. Íbamos a cenar y a comer con Vane, y también íbamos al cine, por ponerte un ejemplo".

"También tuve a Nacho Rodríguez de compañero las primeras temporadas. Siempre he dicho que tanto él como Roberto Dueñas me ayudaron mucho a entender cómo era el mundo profesional. Fueron un grandes referentes para Pau y para mí", admite Navarro.

"Otros compañeros con los que pasé grandes momentos fueron Roger Grimau y Víctor Sada. Con 'Rouge' compartíamos capitanía. De él aprendí muchas cosas. Fue un enorme capitán. Transmitía muy dentro del vestuario. Y con Víctor siempre me he llevado muy bien. Creo que siempre hemos encajado porque él es de decir lo que piensa y yo de escuchar. Pasamos grandes momentos con todos ellos", comenta el ahora capitán barcelonista.

Un debut con 10 puntos en 11 minutos

El 23 de noviembre de 1997, Joan Montes hizo debutar un chico llamado Juan Carlos Navarro, de las categorías inferiores del Club, en un partido ante el Covirán Granada por la lesión de Rafa Jofresa, que tenía un esguince abdominal. Desde entonces, el de Sant Feliu ha jugado toda su carrera en el Barça a excepción del año que jugó a los Memphis Grizzlies de la NBA junto a Pau Gasol.

El escolta catalán jugó casi 11 minutos de un partido que los azulgranas ganaron por 99 a 75 y en el que Navarro fue el tercer máximo anotador, con 10 puntos, sólo por detrás de Xavi Fernández, con 15, y Sasha Djordjevic, con 24. Además, fue capaz de capturar dos rebotes en ataque, repartir una asistencia y recibir cinco faltas de los rivales.

Jugó un par de minutos en la primera parte pero fue en la segunda cuando disputó los minutos que hicieron que los casi 6.000 espectadores que ese día estaban en el Palau vieran un jugador irrepetible y que se ha convertido en un icono para los aficionados del Barça de los últimos 20 años.

Força Barça
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