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Muere el expresidente Raimon Carrasco

El FC Barcelona expresa su dolor por la muerte de quien fue presidente del Club entre los años 1977 y 1978, que nos ha dejado a los 98 años

Este domingo ha fallecido a los 98 años el expresidente del FC Barcelona Raimon Carrasco i Azemar (1924-2022). El FC Barcelona expresa su dolor por la muerte de quien fue presidente del Club entre los años 1977 y 1978. Los jugadores del primer equipo lucirán un brazalete negro este domingo en partido ante el Real Madrid en recuerdo a la figura del expresidente Raimon Carrasco.

El FC Barcelona quiere transmitir su más sentido pésame a su familia, con quien comparte estos momentos de dolor, junto a los socios, peñistas, aficionados del Club y el mundo del fútbol. Descanse en paz.

Nacido en Barcelona el 17 de febrero de 1924 Raimon Carrasco i Azemar fue presidente del club del 18 de diciembre de 1977 al 1 de julio de 1978, desde el final de la presidencia de Agustí Montal y hasta las primeras elecciones democráticas después de la Guerra Civil, celebradas el 6 de mayo de 1978. Su vida estuvo marcada por la sobrecogedora experiencia de la detención y fusilamiento de su padre –el dirigente catalanista y católico Manuel Carrasco i Formiguera-, que cayó en manos de las autoridades franquistas y fue fusilado en Burgos en 1938. De hecho, el resto de la familia y el propio Raimon Carrasco también fueron detenidos en el mismo incidente, pero fueron canjeados por prisioneros franquistas.

Al regresar a Barcelona, ​​cuando intentaba rehacer su vida y retomaba sus estudios superiores, se hizo socio del club el 30 de octubre de 1940, con sólo 16 años. Acabados los estudios de derecho trabajó en el sector de los seguros y en la empresa Industrias Agrícolas, empezando una trayectoria profesional que le llevó en la década de 1960 al Banco Industrial de Catalunya y en Banca Catalana, donde fue director y posteriormente presidente . Participó en diversas iniciativas empresariales y culturales, entre las que se puede destacar Òmnium Cultural o Enciclopèdia Catalana, empresa de la que fue presidente del consejo de administración de 1996 a 2006.

Vinculado a los sectores catalanistas más dinámicos de la época, fue llamado por Narcís de Carreras para incorporarse como vocal de la junta directiva del club que presidió desde enero de 1968. Cabe decir que su presencia en las juntas directivas de esa época provocaban una gran incomodidad en las autoridades, porque automáticamente hacían recordar el asesinato de su padre. Sin embargo, Carrasco fue el único compañero de la junta de Narcís de Carreras que Agustí Montal quiso incorporar a su candidatura de 1969. En la nueva junta Carrasco ganó mucho peso, convirtiéndose en su secretario. De este modo, fue uno de los miembros fundamentales del equipo de Montal, que forzó la catalanización del club hasta donde era posible y optó por una política de firmeza ante las arbitrariedades deportivas que sufría el club. En 1973 Montal revalidó la presidencia, y Carrasco se convirtió entonces en vicepresidente del club, cargo que ocupaba mientras estaba sentado en el palco del Santiago Bernabéu el día del 0-5, una de sus mayores alegrías, que acontecía justo el día de su 50 aniversario. Toda la vida recordó que aquél había sido el mejor regalo de cumpleaños que nunca le habían hecho.

En diciembre de 1977 Raimon Carrasco se convirtió en presidente del club. Solo ocupó el cargo seis meses, pero fueron bastante intensos. Vivió la final de la Copa del Rey, que se ganó ante la UD Las Palmas, y era el primer título desde la Liga de 1974. Fue el primer título desde el fin de la dictadura, y por primera vez el Club pudo ofrecerle a la Generalitat. También presidió el partido de homenaje y despedida a Johan Cruyff en su etapa de jugador, con un Barça-Ajax disputado en el estadio el 27 de mayo de 1978. Pero sin duda que el trabajo más comprometido de su mandato fue la organización de las elecciones a la presidencia del club, las primeras después de la Guerra Civil en la que todos los socios podrían elegir democráticamente a su máximo dirigente. En ese cometido fue especialmente pulcro para garantizar la neutralidad del club en un proceso de tanta importancia.

Desvinculado desde entonces de la dirección del club, Carrasco estuvo siempre presente cuando se requería su presencia y cuando se pedía su consejo. Muy orgulloso, en diciembre de 2015 recibió la insignia que acreditaba sus 75 años como socio y también hizo acto de presencia con el resto de presidentes en el acto de despedida a Johan Cruyff en abril de 2016. Fruto de la su trayectoria en 2013 la Generalitat le distinguió con la Creu de Sant Jordi.

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