Suenan como los ángeles

Suenan como los ángeles

El Barça se impone al Puigcerdà con un histórico 11-4 y se mantiene invicto en la LNHH

Como en la música, en el hockey hielo llevar el tempo es la clave, y el Barça juega a ritmo de Edström. La nueva incorporación sueca convierte al conjunto azulgrana en la mejor banda de rock, imparable hasta el momento.

Ante el Puigcerdà -en el primer derbi de la temporada-, el conjunto de Marcus Fajardo empezó con un rock suave que le permitió dejar a los de la Cerdaña con tan solo tres tiros a puerta en los primero 20 minutos, mientras que los de la capital catalana dispararon 14 veces, convirtiendo uno de esos tiros -obra de Eloi Sin- en el minuto 4 de juego (1-0).

Los locales perdieron el ritmo un solo segundo en el primer periodo y el Puigcerdà la tuvo para empatar. Por suerte para los azulgranas, la fortuna y el larguero se aliaron con el Barça.

El segundo periodo, otra vez

Tras el primer paso por los vestuarios, la voz cantante de este equipo apareció. Nils Edström se puso a tocar un rock and roll imposible de frenar por los de la Cerdaña, que encajaban goles con la misma facilidad que el delantero sueco escribía las notas en su partitura.

Oriol Rubio y su hermano Óscar situaban el 3-0 en el marcador, mientras que en el minuto 24, Edström anotaba el cuarto. La “manita” sería obra de Ernes Muratet, y Ubieto anotaba el sexto para que el Barça demostrara, una vez más, que pocas parejas de baile son capaces de aguantar más de 20 minutos al ritmo infernal de los azulgranas.

Reacción visitante

Con el 6-0 en el electrónico, el Barça se tomó un descanso; y el Puigcerdà lo aprovechó. Los visitantes conseguían situar el 6-3 con un gol en el final de segundo período y dos en los primeros instantes del tercero.

El Barça se secó el sudor de la frente y volvió al escenario. Volvieron las notas vibrantes de un Barça coral, capaz de llevar al éxtasis a sus aficionados, al mismo tiempo que lleva por el camino de la amargura a sus rivales.

En el minuto 45 de encuentro, la música sonaba, de nuevo, al gusto de los locales y la orquestra azulgrana volvía a arremeter contra su eterno rival, que acabó tendido en la lona con un gran disparo de Didkovsy que devolvía los cuatro de diferencia (7-3).

Con el marcador roto, el Barça se dispuso a tocar su repertorio final. Edström retomó el concierto donde lo dejó para situar el 8-3, mientras que Nolan Bradley -una pieza igual de fundamental como lo es el batería en cualquier banda- anotaría el noveno y el décimo para completar las dos manitas (10-4).

Con dos minutos por jugarse, todavía quedaba un último tema por tocar. Loukusa Olli aprovechaba la asistencia de Barandiaran para dejar un histórico 11-4 y sumar la cuarta victoria consecutiva de un equipo que todavía no sabe lo que es perder, pues el Barça sigue sin desafinar.

Força Barça
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