Anna Boleda: la historia de una jugadora histórica
"Siempre vamos a verla, sea en casa o fuera", asegura Jordi Boleda, el padre de la protagonista de esta historia. Una afirmación que seguro que padre y madre -porque ella, Rosa Colet, tampoco falta nunca a la cita con el baloncesto- se habrían replanteado de haber sabido que su hija llegaría a disputar más de 400 partidos entre Liga Femenina 1 y Liga Femenina 2. Después de 19 temporadas en la élite del baloncesto femenino, Anna Boleda acumula historia no sólo en sus manos, sino también a su alrededor.
Y es que la historia de Anna Boleda, capitana del actual Barça de baloncesto femenino, podría haber sido muy diferente, ya que "como que era demasiado joven para empezar en el baloncesto, la apuntamos a gimnasia rítmica", explica Rosa, a quien se le escapa una sonrisa que permite entender porqué la de Sant Feliu dejó esta disciplina rápidamente. Un año más tarde, y tras el "fracaso" de la gimnasia, el balón cogió el papel de protagonista en la casa de los Boleda-Colet. Tanto la grande como la pequeña comenzaron en el Joventut Les Corts, pero la pequeña era quien mostraba un especial vicio por el mundo del baloncesto. La 14 azulgrana siempre iba con el balón en las manos, hasta el punto de sacar de quicio a su hermana que tenía que aguantar como iba de casa a la escuela botando el balón en todo momento.
La familia, la clave de Anna Boleda
Así pues, la vida de Anna Boleda no se entendería sin un balón entre las manos, como tampoco se entendería sin el apoyo de la familia. "Cuando Ana se fue a Ibiza, las dudas las teníamos todas, pero también el convencimiento de que todo iría bien", apunta la madre quien remarca la constancia y la exigencia de la jugadora y profesora de biología. Porque de la conversación con los padres de la azulgrana podemos concluir que la familia ha tenido un papel fundamental en la construcción de una jugadora histórica de Liga Femenina 2 -máxima anotadora de la competición-."Ana es muy exigente -afirma Jordi-. Lo es dentro y fuera de la pista. Recuerdo en una ocasión que teníamos una boda y cuando le dijimos que no podíamos ir nos preguntó: ¿y no podéis decir que no vais? ".
Pero este mismo vínculo, ha sido igual de clave para que, además de gran jugadora, también se pueda hablar de una gran persona. De hecho, el padre -quien reconoce que no es imparcial en materia de su propia hija-, está convencido de que "la Anna de fuera de la pista supera, de mucho, a la de dentro de la pista".
Una máquina de anotar
En 1999 la actual capitana debutaba con el UB Barça en Liga Femenina 1. Aquel año, en su primera temporada como senior, llegó a disputar cinco partidos, los que se retienen en la memoria de Jordi, la enciclopedia catalana de Anna Boleda.
En su debut en la máxima categoría, la pequeña de los Boleda sumó 6 puntos en nueve minutos, en un partido ganado cómodamente por las azulgrana de la época ante el Canal Isabel II. Según el mayor fan de la 14, su padre, "los minutos que juegue, dividido entre dos, son los puntos que Ana siempre te asegura". Después de 19 temporadas, la de Sant Feliu ha acumulado un total de 10.223 minutos y suma 4.766 puntos. Si hacen la división verán que el algoritmo no acaba de funcionar, aunque sólo se desvía por 345 puntos.
El récord de anotación
Más allá de las matemáticas aplicadas, de los 4.766 puntos que acumula la azulgrana a lo largo de su carrera, 4.445 son en Liga Femenina 2, una cifra que hace siete jornadas estableció un nuevo récord histórico de anotación (superando los 4.372 de Erika Gómez Losada).
Por este motivo, el club homenajeó este fin de semana a la capitana del Barça de baloncesto femenino. En el descanso del partido entre el Barça y el Patatas Hijolusa, la de Sant Feliu recibió la ovación del pabellón Juan Carlos Navarro, así como una placa y una camiseta conmemorativa. Además, el domingo Boleda también recibió el reconocimiento del club en el palco del partido entre el Barça Lassa y el Burgos. Para los padres de la histórica jugadora, "es el reconocimiento a toda una carrera, se lo merece y para nosotros es una satisfacción tener una hija como ella".
Un reconocimiento a la historia de una jugadora de baloncesto, pero, recuerden, que podría haber sido de una gimnasta.
