Thomas y Carmichael: el abrazo pendiente durante 47 años
Norman Carmichael hacía días que estaba nervioso, emocionado, desde que le pusieron la vacuna contra la Covid-19 y sabía que ya podía coger el coche y hacer el viaje de cerca de seis horas hasta Amarillo (Texas) para reencontrarse con su amigo y compañero Charles Thomas. Sólo había pasado un mes desde que recibió la llamada de una enfermera de la residencia geriátrica donde Charles está desde hace cinco años donde le anunciaba que su amigo estaba vivo y quería hablar con él. Carmichael, y el resto del mundo, hacía más de cuarenta años que daban a Charles Thomas por muerto. Y, por fin, había llegado el día de volver a verle, de recuperar a su amigo.
"Lo primero que hicimos es abrazarnos. Fue un abrazo muy largo, porque ni él ni yo queríamos que terminara. Ha sido muy emocionante, y nos hemos emocionado mucho. Un abrazo que hacía 47 años que esperaba", explica Norman Carmichael, que coincidió con Thomas en el Barça entre 1971 y 1974, y se hicieron íntimos amigos.
Una amistad que se truncó cuando Thomas desapareció de la faz de la tierra. "¡47 años es mucho tiempo! Tenía una pena muy grande por haberle perdido de esta manera, y tan joven. ¡Reencontrarlo ha sido el regalo de mil Navidades!", reconoce Carmichael, que afrontaba este momento con cierto temor", porque hay veces que cuando deseas mucho algo tienes un poco de miedo que no salga tan bien como imaginas, pero nuestro reencuentro ha superado en mucho mis expectativas. Ha ido extraordinariamente bien. Estoy contentísimo y emocionado. Tiene algunos problemas de salud, pero con toda la vida que ha llevado, está bastante bien, y lo he visto muy animado, con buen humor, hablando bien y claro, y muy cariñoso en la conversación que hemos tenido los dos".
Seis horas juntos
Carmichael ha estado dos días en Amarillo, miércoles y jueves, para estar con su amigo. "En total hemos estado juntos unas seis horas, y hemos hablado mucho los dos solos", después de que al principio las enfermeras que removieron cielo y tierra para poner a Thomas en contacto con su amigo Norman, y el personal del centro geriátrico, no quisieran perderse el momento del reencuentro. "También había cámaras, porque una cadena se ha interesado por hacer un documental sobre la vida de Charles". "La gente que lo cuida en la residencia es extraordinaria", añade Norman. "Lo cuidan y le quieren mucho. No es un lugar triste, en absoluto, y le han preparado una sala para él donde han colgado las fotos de cuando era jugador que yo le he ido enviando en grande, y han empapelado las paredes".
Thomas y Carmichael recordaron algunos momentos vividos, pero, tal y como explica Carmichael, "lo primero que me ha dicho cuando nos hemos visto es que no se podía creer que hubiera ido a verle, que estaba muy contento y que me lo agradecía mucho". Ambos eran como la pareja de Starsky & Hutch cuando estaban en el Barça, uno con el pelo afro y el otro con el pelo rubio. "¡Hemos comentado cómo hemos llegado a cambiar! Su hijo Matson le cortó el pelo y le ha afeitado la barba".
Carmichael explica que Matson, Mat, es el hijo pequeño de Charles, hermano de Carlos, el mayor; que es camionero y ha podido ir a ver a su padre. "Charles aún no conoce a sus nietos, pero imagino que lo hará. Ellos están hablando de lo que harán de ahora en adelante. Matson vive en Houston y quisiera estar más cerca de su padre".
La mala vida tras la lesión
En la conversación entre los dos amigos también ha habido espacio para preguntas que no tenían respuesta hasta ahora. ¿Qué hizo después de la lesión en la rodilla que sufrió en la pista del Real Madrid en noviembre de 1974 que truncó su carrera como jugador de baloncesto y lo hundió como persona? Su mujer Linda, una ex atleta de quien todo el mundo que la conoció destaca su belleza e inteligencia, volvió a casa cuando se separó de Thomas, que cambió después de la lesión y fue a jugar cedido del Barça al Bàsquet Manresa para intentar recuperarse, pero ya no volvió a ser nunca el jugador que sorprendía por su potente salto.
"Me ha explicado que cuando Linda se fue a los Estados Unidos con los niños, él se quedó en España. Le encantaba España, pero después de la lesión no vio futuro, así que volvió a Texas, cerca de Houston. Después se juntó con unas personas que hacían cosas ilegales, estuvo por Louisiana y Oklahoma, y entró en esta mala vida y aprendió de ellos. Entró en el mundo de las drogas y le enseñaron a pedir en la calle..."
Charles también explicó a su amigo cómo había perdido las dos piernas. "Luego hizo algunos trabajos precarios en la construcción. Estaba poniendo techos cuando cayeron los antiguos materiales, que tenían clavos oxidados, pisó uno y se le infectó la piel. La infección se le fue extendiendo y al final le tuvieron que cortar las piernas doce centímetros por debajo de la rodilla antes de que la infección subiera más arriba".
Durante la conversación, Carmichael confiesa: "Me ha sorprendido verle muy optimista y con mucha fe en Dios. Me ha estado contando que ha llegado a la conclusión de que el mundo es así gracias a Dios. Se ha refugiado mucho en la religión, pero habla de una manera muy intelectual sobre cómo está el mundo, el universo..., que todo lo que pasa no puede ser casualidad, es el plan de alguien. Sí, me sorprendió un poco que crea tan fuertemente y su manera de explicarlo".
Norman Carmichael, un jugador que estuvo nueve años en el Barça y que forma parte de la historia de la sección, reconoce que todavía no ha asumido todo lo que está viviendo. "Estoy procesando todo lo que ha pasado durante este último mes..., como nos hemos encontrado, lo que está pasando, los recuerdos del pasado y del presente...., es una mezcla extraña y aún lo estoy digiriendo". Pero hay algo que sí tiene muy clara, y que es lo que verdaderamente le importa: "A pesar de todo lo que ha pasado, sigo viendo a mi amigo, veo en Charles a una persona inteligente, cariñosa y un buen hombre".