20 años de la muerte de Helenio Herrera

20 años de la muerte de Helenio Herrera

El Mago dirigió el FC Barcelona durante tres etapas diferentes, teniendo bajo sus órdenes jugadores como Ramallets, Olivella, Kubala, Evaristo o Kocsis

Nacido en Buenos Aires el 10 de abril de 1910, Helenio Herrera (para todos, HH) era hijo de emigrantes andaluces. Con nueve años se trasladó con sus padres a Marruecos, donde empezó a jugar al fútbol con equipos infantiles, si bien más adelante desarrolló su carrera deportiva en Francia. Colgó las botas con 35 años con el fin de iniciar su tarea como técnico, primero al Puteaux y luego en el Stade Français, al que subió a Primera División.

Entonces ya era conocido por los aficionados franceses como sorcier (brujo). Su incipiente fama traspasó fronteras y en 1948 fue contratado por el Valladolid, pero su consagración definitiva la tuvo con el Atlético de Madrid, al que hizo campeón de Liga las temporadas 1949/50 y 1950/51. Su periplo por la Liga española le llevó después a equipos como el Málaga, el Deportivo y el Sevilla. A finales de la temporada 1957/58 ocupó el banquillo del Barça en sustitución del cesado Domènec Balmanya.

Un técnico genial

Muy pronto los aficionados culés pudieron comprobar quién era ese entrenador tan peculiar que llegaba con el apelativo del Mago. Helenio Herrera fue un verdadero precursor en la preparación psicológica de los futbolistas, los cuales debían protagonizar unos singulares rituales de motivación donde se llamaban contundentes consignas a pleno pulmón y se repartían pastillas que se tenían por refuerzos vitamínicos cuando no eran más que simples placebos. Como consecuencia de todo ello, los jugadores salían al campo como motos, dispuestos a comerse el césped. Por otra parte, HH, todo un maestro en la confrontación dialéctica, se dedicaba a pronunciar declaraciones altisonantes antes del partidos en campo contrario y saltaba al césped media hora antes del inicio para que los aficionados rivales le gritaban y así aliviaba la presión hacia sus jugadores. Aparte de eso, era un fanático del estudio del equipo rival y se conocía todas y cada una de las características de los once jugadores contrarios.

 

Con Helenio Herrera en el banquillo, el Barça vivió en el bienio 1958-60 una etapa repleta de títulos. Ya comenzó con éxito, pues el 1 de mayo de 1958 se ganó la primera edición de la Copa de Ferias en derrotar la selección de Londres (6-0) en el Camp Nou. A partido entonces el equipo barcelonista, que hasta entonces había vivido acomplejado por el Real Madrid de Di Stéfano, se impregnó del espíritu ganador de HH y alcanzó las Ligas 1958/59 y 1959/60, la Copa 1958 / 59 y la Copa de Ferias 1959/60. Aquel era un Barça compacto y extraordinario cuajado de figuras como Ramallets, Gracia, Olivella, Rodri, Segarra, Suárez, Vergés, Gensana, Kubala, Tejada, Villaverde, Eulogio Martínez, Evaristo, Kocsis, Czibor y Ribelles, entre otros, pero en realidad ningún astro destacaba especialmente. La estrella estaba en el banquillo y aquel equipo ha pasado a la historia como el Barça de Helenio Herrera.

HH dejó la dirección técnica del Barça por desavenencias con la directiva a finales de la temporada 1959/60 y recaló en el Inter de Milán, donde también conseguiría resonantes éxitos como tres Ligas, dos Copas de Europa y dos Copas Intercontinentales. También dirigió la Roma y el Rimini. En marzo de 1980, cuando ya hacía cinco años que estaba alejado de los banquillos, volvió al Barça para sustituir Joaquim Rifé. Sólo quedaban doce jornadas para acabar la Liga 1979/80 y la clasificación barcelonista no era buena, por lo que el único objetivo posible era clasificarse para la Copa de la UEFA, lo que se consiguió. En noviembre de ese mismo año volvió a ser llamado como solución de emergencia, esta vez como relevo de Ladislao Kubala. Como sea que la remontada en la Liga 1980/81 aún era posible, lo primero que hizo Helenio Herrera en llegar a los vestuarios del Camp Nou fue escribir en la pizarra "Seremos campeones". A continuación, todos los jugadores tuvieron que repetir esta frase mágica en voz alta.

Como se puede comprobar, el paso del tiempo no le había hecho perder facultades. Después de todo, el Barça cambió radicalmente de fisonomía y si no ganó finalmente la Liga fue debido al secuestro de Quini, un hecho dramático que cortó de raíz la reacción del equipo azulgrana. De todos modos, ya con el delantero asturiano felizmente liberado, Helenio Herrera se pudo despedir del Barça con la conquista de la Copa del Rey, el 18 de junio de 1981 ante el Sporting de Gijón (3-1). Retirado definitivamente del mundo de los banquillos, se trasladó a Venecia, donde murió el 9 de noviembre de 1997.

Força Barça
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